Una de las varias actividades que sufrieron duramente el impacto de la pandemia de coronavirus y la cuarentena que se implementó desde marzo es la actividad inmobiliaria: el número de escrituras en la Ciudad de Buenos Aires llegó a apenas 7 en abril. Y aunque, flexibilizaciones mediante, se viene recuperando desde entonces, las cifras aún están muy lejos de la normalidad: aún con la caída que ya venían experimentando las operaciones hasta el año pasado, en julio -último dato disponible- se hicieron en la Ciudad apenas 573 compra-ventas, más de 80% menos que en el mismo mes del 2019.
Sin embargo, aunque conscientes de esa realidad, referentes del sector empiezan a ver signos de mejora y se esperanzan especialmente con “cuatro elementos” que, dicen, permiten mantener “buenas perspectivas” para adelante, aunque este año cerrará con un nivel de actividad inédito por lo bajo.
Mientras tanto, la caída en los precios en dólares de las propiedades que desde hace meses pronosticaban en el sector efectivamente se está dando: según aseguran Alejandro Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), y Eduardo Brigada, su par en la Federación Inmobiliaria (FIRA), los precios del último mes estuvieron entre 30% y hasta 40% por debajo de los “pre-pandemia”, no sólo por la negociación de las operaciones sino también porque ya hubo un recorte -aunque en menor medida- en los valores publicados.
Lo asegura Bennazar, en esa dinámica tuvieron mucho que ver los precios de los departamentos nuevos, que, por la caída de costos, pudieron tener “un valor diferencial importante” que “reacomodó los valores de las unidades usadas”.